jueves, 28 de mayo de 2009

Te recuerdo Victor Jara

El martes de esta semana, en el diario de noticias Publico, leí una noticia que decía que habían sido detenidos los asesinos del artista chileno Víctor Jara. Fue asesinado en el Estadio de Chile en Santiago, utilizado por el ejercito golpista de Pinochet para torturar y asesinar a cientos de ciudadanos, el 16 de septiembre de 1973. Finalmente tras casi 36 años se ha hecho justicia. Cabe destacar que fueron dos soldados de reemplazo de 18 años los autores materiales de la ejecución. Achacarles solamente a ellos la muerte del activista chileno sería un error, aunque es un signo de sanidad democrática por parte de la justicia chilena.
Hace unos diez años, me compré la biografía de Víctor Jara escrita por su compañera, la inglesa Joan Turner y titulada Víctor Jara, un canto truncado. Conocía la obra musical de Jara desde hacía años pero tenía ganas de conocer más a cerca de su vida. Tengo que decir que el libro no solo no me decepcionó, suele pasar con la vida privada de los grandes mitos, sino que aumentó mi admiración por la persona que se escondía tras el personaje.
Joan Jara nos cuenta una vida llena compromiso, belleza y solidaridad al lado del chileno. Nos relata no solo la vida en común con Victor, sino también su infancia difícil en el seno de una familia muy humilde, una juventud en la que Víctor busca su sitio en el mundo y una vocación artística enfocada hacía las clases más desfavorecidas. La vida de Víctor Jara está repleta de matices y de hechos trascendentes no solo para él, sino para las personas que le rodeaban. Figura clave en la cultura chilena, lo fue también en el ámbito latino americano y mundial. Fue la voz que alivió las penas de los pobres y denunció los abusos de los poderosos. Hombre comprometido políticamente con los movimientos socialistas y comunistas chilenos, participó activamente en el gobierno de Salvador Allende, impulsó la cultura popular y realizó un trabajo clave en el despegue del teatro chileno. Víctor Jara representa el compromiso de un artista con su pueblo, un hombre con conciencia de clase y sacrificio personal por unos ideales en los que creía firmemente.
También le cantó al amor, a la vida, al trabajo y a las cosas que dan sentido a nuestra vida. Es fácil encontrar una estrofa en alguna de sus canciones que ponga final a este post. Muchas narran hechos relevantes, otras cuentan cosas hermosas o reivindicativas, pero sin embargo elegiré una de la canción En algún lugar del puerto. Este pequeño verso me sugiere la paz y la felicidad que buscaba Víctor Jara en una vida convulsa y comprometida con los demás.

"Voy soñando, voy caminando, voy
en la arena dejo mis huellas, voy
y el mar me las va borrando, voy"




Victor jara - Te Recuerdo Amanda




Victor Jara - Manifiesto


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito artículo... Es una pena todo lo que se destrulló en aquellos años... Podríamos tener un mundo tan bonito si el amor que predicaba gente como Jara, Lorca o Miguel Hernández se hubiera impuesto en aquellos años...
Una pena... Me da la impresión de que es un golpe del que la humanidad no podrá nunca recuperarse... Sobre todo porque no hay perdón... Yo los perdono... Como bien dice Jara "Voy soñando, voy caminando..."

Joxemiel dijo...

Hola anónimo, como cantaba Atahualpa Yupanqui...
Alguna gente se muere para volver a nacer.
El que tenga alguna duda que se lo pregunte al Che.
Nada más, nada más.
Gracias por tu comentarío.

 
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