martes, 19 de mayo de 2009

Cash por Johnny Cash

Normalmente en el mundo del espectáculo nada es lo que parece, todo viene adulterado por el marketing y los asesores de imagen. Es difícil conocer lo que se encuentra detrás del personaje, el verdadero yo del artista. La prensa especializada los ensalza, alimenta la leyenda, la prensa amarilla o rosa los despelleja, al final, ¿con cual te quedas? Aunque también hay artistas que eliminan las barreras con el público y proyectan lo que son. Lo que ofrecen puede gustar o no, pero no puede acusárles de engañar a nadie.
La autobiografía de Johnny Cash escrita con la ayuda de Patrick Carr nos descubre a uno de los artistas más importantes de la música americana del siglo XX. Esta ha sido publicada en España por Global Rhythm Press, una estupenda editorial independiente de Barcelona especializada en temas musicales, haciéndose cargo de la traducción el crítico y periodista musical Ignacio Juliá, fundador de la revista Ruta 66. El libro se presenta con una encuadernación cuidada y fácil de manejar, en tapa dura y con un papel de calidad.
Cash nos cuenta su vida desde la niñez hasta sus últimos conciertos en el 2003, poco antes de su muerte el 12 de septiembre. Su vida estuvo repleta de amor, aventuras, drogas, alcohol y música, mucha música. Se consideraba un cantante del pueblo, vestía siempre de negro en homenaje a los desfavorecidos y desprendía simpatía allí por donde actuaba. En su libro nos cuenta sus inicios musicales en Alemania, cuando estaba en el ejército y su posterior fichaje por Sun Records, el estudio del productor Sam Phillips. Nos relata sus caídas y recaídas en las drogas, contándonos anécdotas desgarradoras de como las anfetaminas y los barbitúricos casi le destrozan la vida. Todas estas tragedias personales nos las cuenta con una increíble lucidez y sin moralejas rancias. Nos habla de la importancia que su familia tenía para él, con mención especial al amor de su vida, la también cantante June Carter. Cash se declara un hombre profundamente religioso. Reconoce que en los momentos más salvajes de su vida dejó de lado su devoción religiosa, pero siempre la retomaba si cabe con más fuerza, aunque sin hacer proselitismo de ningún tipo. Se narran episodios sobre la multitud de personajes relevantes se que se cruzaron en su vida. Declara su admiración por Bob Dylan o Eric Clapton, cuenta la tragedia de su vecino Roy Orbison y su encuentro con Elvis tiene un lugar importante en el libro.
En los últimos años, Cash tuvo un resurgimiento inesperado cuando fichó por la discográfica American recordings. De la mano del productor Rick Rubin vivió una segunda o tercera juventud que le valió el reconocimiento de las nuevas generaciones musicales, el mejor homenaje antes de su muerte.
John R. Cash, una de las voces de los marginados y de los olvidados de América con permiso de Pete Seeger, fue un hombre honesto. Su música imperecedera nos acompañará en sus grabaciones y a través de los artistas en los que ha influido. Su carrera musical, puede que en parte lastrada por la estrechez de su propio estilo, es un ejemplo de superación, perseverancia y verdad.
Quizás la vitalidad del bueno de Johnny se apagó tras la muerte de su gran amor June Carter. Poco antes de morir escribía al final de su libro:

"Ya es hora de que me vaya a trabajar, o si lo prefieres a tocar. Después de todo, así lo llamamos los gitanos de la música. Me pondré mi camisa negra, insertaré el cinturón negro en mis pantalones negros, haré el lazo en mis zapatos negros, y me iré a actuar para la gente de este lugar"


Johnny Cash, Live at S.Quentin - Folsom Prison Blues

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