Nunca había tenido la ocasión de estar presente en ninguno de sus conciertos. Era una de las cuentas pendientes que uno tiene, por lo que cuando me enteré de que este año tocaba en el Primavera Sound en Barcelona y en Donosti, supe que de esta no pasaría. Por proximidad, decidí asistir al recital de Donosti, adquirí la entrada allá por marzo y ayer fue el gran día.
Según he leído, fuimos casi siete mil almas las que tuvimos la suerte de ver al viejo rockero en el velódromo de Anoeta. Neil Young y su banda nos dieron una lección de rock y country durante casi dos horas de recital. Nos apabulló con sus canciones de siempre y nos mostró nuevas gemas de su ultimo trabajo Fork in the Road. Desplegó su arsenal musical con furia, con gran actitud, mostrando que en él
los años no han hecho más que agrandar su leyenda. El único pero que pongo al concierto de ayer es el lugar del concierto. En muchas partes del velódromo el sonido era infame, mejorando solo según te acercabas al escenario y hacia el centro. De esto estoy seguro que el grupo no tuvo la culpa, el sitio está preparado para ver a deportistas en bicicleta y no para escuchar conciertos de rock. Es de suponer que siete mil personas no caben en las primeras filas, sino que se utiliza todo el recinto, por lo que el sonido tendría que ser aceptable en todo él.Ayer Neil Young ofreció un gran concierto rock en el velódromo de Anoeta de Donosti y yo estuve allí.





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