En el mundo de la música popular del siglo XX, más concretamente en el mundo del rock, la influencia de unos artistas sobre otros resulta palpable. En parte esto se ha debido a los canales modernos de distribución. Este género se ha extendido por todo el planeta en un relativamente corto periodo de tiempo, lo que ha provocado una evolución notable del mismo al amparo del avance de la propia tecnología. Algunos críticos han puesto a debate el agotamiento de este estilo, argumentando que musicalmente tiene poco o nada que ofrecer. Este debate siempre ha formado parte de la propia idiosincrasia del rock, un movimiento joven que ha tenido que ir renovándose y reinventándose para no quedarse atrás y no parecer anacrónico. Algunos músicos intentan con mayor o menor fortuna evolucionar el género, utilizando los estándares de siempre y la moda que impere en ese momento, para crear nuevas tendencias que se mantengan en la vanguardia musical del momento. Otros en cambio, prefieren rememorar sonidos del pasado usando viejos patrones junto con toques de su propia cosecha. Hoy me gustaría hablaros de una banda joven que realiza una mezcolanza de estilos con sabor añejo tan heterogénea como excitante, The Bees o A Band Of Bees en los Estados Unidos.
Paul Butler y Aaron Fletcher, ambos oriundos de la isla británica de Wight, se formaron como dúo allá por el comienzo de este siglo. Ambos eran productores y músicos, tocaban varios instrumentos cada uno, y participaban con frecuencia en la escena musical de la isla. Si a eso sumamos que eran fervientes coleccionistas de vinilos y por lo tanto grandes consumidores de música, encontramos la mezcla perfecta para animarse a formar una banda de rock. Toda esta vocación se vio plasmada en la realización de su primer álbum titulado Sunshine Hit Me, grabado en 2002. Como no podía ser de otra forma, todos los temas fueron grabados, producidos e interpretados por ellos mismos, utilizando el cobertizo del jardín de la familia Butler como improvisado estudio. Sería difícil describir como suena este primer trabajo de The Bees si no es imaginando una gran coctelera donde mezclaríamos el rock, el folk, la psicodelia, el reggae, el soul, el pop, el jazz y los sonidos cálidos del trópico. Una obra compleja y llena de matices pero a la vez refrescante y divertida. El sabor añejo que rezuma todo el disco, debido en gran parte a su equipo de grabación analógico, no hace sino engrandecer unas composiciones deudoras de sus influencias musicales. Pese a esto, el álbum en conjunto en ningún momento resulta anticuado, sino todo lo contrario, de una modernidad y vigencia que dejó sorprendida a la escena británica ese año. El primer single, una versión bastante fiel del clásico de Os Mutantes A Minha Menina, sonó con fuerza en todas las emisoras a principios de 2003. El dúo fue nominado ese mismo año al afamado Mercury Music Prize y firmó un contrato discográfico con Virgin, lo que supuso el mejor comienzo posible de su carrera musical. Al comenzar a presentar su disco en directo se incorporaron a la banda músicos provenientes de la escena local de Wight y antiguos colaboradores del dúo. Ya en forma se sexteto, comenzaron a preparar la grabación de su segundo disco. Visto el resultado de su álbum de debut, decidieron acometer dicha empresa utilizando las mismas armas, véase, encerrándose de nuevo en el mismo cobertizo para intentar destilar la misma mezcla. Pero tras unas semanas que pasó Paul Butler en Abbey Road realizando un trabajo como productor, la magia de los viejos estudios londinenses lo atrapó y engatusó para que grabasen allí su nuevo disco. De nuevo la coctelera se puso en marcha con los mismos ingredientes pero esta vez pasados por el tamiz del equipo de 16 pistas analógico que habitaba en St John's Wood. En agosto de 2004 sale a la luz Free The Bees, una pequeña obra maestra de este siglo pero que vuelve a mirar fijamente al pasado. El sonido del grupo se endurece, se vuelve más rockero y vitalista, bebiendo de las fuentes sagradas del rock inglés de donde se saciaron los Beatles, los Who, los Small Faces o los Kinks. El disco sigue siendo una muestra del eclecticismo de la banda y se vuelven a asomar a él los sonidos tropicales, el dub jamaicano y el jazz aunque esta vez algo más atemperados. Una obra que sin lugar a dudas hubiera destacado de igual manera tanto en 1968 como en 2004. El álbum tuvo un considerable éxito comercial y algunas de sus canciones se usaron como banda sonora de varios anuncios publicitarios. En 2005 el grupo participó en la banda sonora de la película Stoned que se basaba en parte de la biografía del componente de los Rolling Stones Brian Jones, haciendo varias covers de estos. Tras este periodo, se vuelven a recluir en su tierra natal y en un estudio que montan en un sótano, comienzan a grabar su tercer trabajo. En marzo de 2007 aparece Octopus, que podría significar un retorno del grupo a los aires estivales de su primer disco pero con la fuerza y la actitud del segundo. Otra obra que no desmerece ni un ápice frente a las anteriores y eso que el listón se encontraba muy alto. En Octopus se vuelven a encontrar los mismos aromas y sonidos que en las obras precedentes pero en ningún momento el conjunto carece de originalidad o frescura. El disco tuvo una notable acogida tanto por parte de la crítica como en su faceta comercial y hasta la fecha este ha sido su último trabajo.
The Bees nos ha transportado con sus tres maravillosos discos a épocas donde la música chisporroteaba con el contacto entre el zafiro y el vinilo, donde el olor del cartón de la portada te embriagaba y donde escuchar un nuevo disco suponía una deliciosa aventura.
Si te apetece escuchar los discos completos se pueden descargar desde estos enlaces:
2002 Sunshine Hit Me
2004 Free The Bees
2007 Octopus
Punchbag From the album Sunshine Hit Me (2002) Track 1
A Minha Menina From the album Sunshine Hit Me (2002) Track 6
Sweet Like A Champion From the album Sunshine Hit Me (2002) Track 8
These Are The Ghosts From the album Free The Bees (2004) Track 1
Wash In The Rain From the album Free The Bees (2004) Track 2
No Atmosphere From the album Free The Bees (2004) Track 3
Horsemen From the album Free The Bees (2004) Track 4
Who Cares What The Question Is From the album Octopus (2007) Track 1
Love In The Harbour From the album Octopus (2007) Track 2
Got To Let Go From the album Octopus (2007) Track 4
(This is For The) Better Days From the album Octopus (2007) Track 7
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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7 comentarios:
Así de primeras parece un grupo difícil de definir y de digerir. Creo que necesitan la paciencia que se ha perdido hoy en dia.
He oído solo las 5 primeras.
Yo les veo un sonido bastante actual a diferencia de lo que expones, son originales.
No creo que pudiese con ellos.
Sorprende encontrarse con una banda que intente rescatar el sonido clásico. No puedo decir que tan actuales suenan, pero me parece -opinión personal- que tienen su éxito en retomar el estilo de la bandas sesenteras...
Muy buen post, Joxemiel! Uno temas agradables de escuchar.
Catz
El rock siempre ha mantenido un movimiento cíclico. Gran post como siempre! Ofreces una visión panorámica y documentada, muy interesante!
Se puede ser actual con patrones clásicos. Al menos así lo creo yo.
Saludos,
Ringo dixit.
El rock es intemporal,lo que importa es interpretarlo con honestidad y The Bees son uno de ellos,que mejor sonor vintage y bien que nuevo y mal.
Como iempre un placer leer tus post tan bien documentados.
Saludos amigo
No los conocia,voy a por el Download y luego intentare escucharlos si el tiempo y las toneladas de musica me lo permiten
Rocanroleando
Pues estoy de acuerdo con todos vosotros, mi idea del post era decir, aunque creo que igual me he liado un poco, que la buena música es intemporal, y que lo que hace este grupo es lo que hace Tarantino en el cine por ejemplo, coger todas sus referencias e influencias, meterlas en un túrmix y sacar un batiburrillo divertido, de calidad y actual. Vamos...modernizar lo clásico o algo así... A mí sus discos me parecen una maravilla...tienen una calidad increíble en sus composiciones, tocan con instrumentos vintage, graban en analógico...y sí creo que son fáciles de digerir, no son para nada oscuros, sino todo lo contrario...no se... es para gustos...
Me alegro que os haya entretenido el post, lo cierto es que mantener el nivel que tenéis es muy complicado, pero bueno...intentare seguir sorprendiéndoos...
Saludos y gracias por comentar...
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